Un caballo malherido llamaba a todas las puertas
Federico García Lorca
Federico García Lorca
UNO
Corre el caballo golondrino un amanecer de año
nuevo
lleva en sus lomos a un borracho que es mi
viejo
sus relinchos se acercan
estremecen la cama de alambres trenzados
y mantienen despierta la madrugada
Mi tío César está de parranda familiar
los sobrinos que vinieron del destierro
aúllan cuando él se desprende por los
barrancos
un caballo que apura en tropel la vida
Sobre el camino polvoriento
de un verano interminable
corre su tranco largo de caracoles imposibles
La cocina chisporrotea
hay chicha de maíz fermentado
y tamales en cosecha
entonces, piafando como el corcel que le
habita
desmonta su jinete en la enramada
Ha bebido aguardiente sin descanso
y la voz se resiente de su canto escandaloso
que compite con las notas desparramadas del
acetato
Mi tío César está de fiesta
el amanecer se anuncia en el horizonte
con una luna de sangre
que me hace llorar todavía
¡Siempre es posible que se caiga el cielo!
Que nadie duerma
que los ojos acompañen la alborada
Suenan los acordeones
y mis hermanas siguen revoloteando
mariposas en torno al fuego de los años dulces
Los gritos se prolongan en un ay ombe
que
nace muy adentro
Las lágrimas me abrasan en el sueño
Hay algo premonitorio
en esta danza de hombres sudorosos
Una cierta cuchillada sin nombre
el pulso tembloroso de un rayo que escruta el
cielo
Mi tío César gira poseído de licor
en el epicentro de la rumba
una marioneta despeinada en un solo de
tambores
La botella va y viene
salta mano a mano
uno y otro trago
Boca a boca se consume
en un largo beso colectivo
en un abrazo de mocos hermanados
El compadre Chepo anega la espera de un hijo
prometido en la baraja
Raulito Moncada se arranca con las uñas
un dolor de sangre reposada
y Emel que libera su carcajada de plátano
maduro
Hay caldo para bajar tanto aguardiente
La risa como un escarabajo de colores
aletea por todos los rincones
Mi tío César está en su carnaval meridiano
pero no cae
resiste la borrasca como una ceiba milenaria
ebrio de música, caldo y aguardiente
mira a lo lejos un firmamento que se viste de
naranja
cada vez más claro
más expuesto al amarillo
El viejo se desbarranca arrullado por el
sueño
madre atiza la fogonera
los leños de quebracho se astillan
revientan en copos luminosos
la llama sigue crepitando
y en la olla hierve un vientre de sancocho
Se anuncian visitas, amores, peleas...
el año que se va, el año que viene
un calendario de fiesta y cosecha
la saturnal campesina que mi tío César ya no
espera
Rompe los zapatos en la rueda del parrando
rompe la vida a los veintiocho
es el caballo golondrino
en la mitad de un corral humano
El relincho amanece en sus labios
como una promesa de amor distante
Vive la última fiesta
Las sombras que apaga el sol mañanero
encuentran de nuevo el camino a casa
saltando de piedra en piedra
sobre un arroyo teñido de sangre
DOS
Es domingo en Chimila
diecisiete de octubre
mi tío César corre con zancadas de caballo
alebrestado
con toda la sangre empujándole las piernas
perseguido por una jauría verde oliva
cercado por la lluvia que se empoza en la
garganta
es un potro alazano que niega toda rienda
El golondrino se pone sus cascos familiares
y hace retumbar los callejones con su
estrépito de herraduras
Ay, Chimila, quién
te ha visto en el preludio de los aguaceros
Quién conoce tanta
sombra bajo los almendros
Corre entre la música de la tarde
que apaga un enjambre de rabiosas balas
con los dientes remangados
la espuma se condensa en las bocas
un grito sin desgarro
una lágrima que acompaña su veloz marcha
una cruz que rasguña el aire
un sortilegio
un ángel que cierra los ojos
un tahúr jugándose la vida en la carrera
La última evasión
la única respuesta
Toda la existencia puesta en las canillas
Recuerda la embestida de un toro en
el potrero
huye con la fuerza de zancas juveniles
la brisa le rompe las alas del sombrero
pierde la camisa, pero salva la frontera del
martirio.
Ahora se atraganta de polvo y viento
tratando de llegar primero
aferrarse a una cruz de palo verde
esperar el primer canto de los gallos
y derrotar al diablo en un cruce de caminos
Ay, Chimila, quién
te ha visto desde los altos corazones
Quién conoce tanta
sombra bajo los higuerones
Corre mi tío César
y yo escucho fútbol en la radio
Los sobrinos se alejan por la carretera
Le hemos dejado solo
con sus piernas a prueba de muerte
desandando sus caminos
enfrentando la rabia de los enemigos
abofeteando los uniformes con su risa de
novillo
gritando que este es un país libre
y yo voy adonde quiera
Las aguas se precipitaron de un
salto
atisba la amenaza
lo encadenan
lo fustigan a patadas
El caballo golondrino despierta en un botalón
antiguo
el miedo ancestral le espolea los ijares
la calle es una estepa alfombrada de verdura
revienta las amarras
y eleva sus patas al sol
despliega las alas
bordea las nubes
escupe desde arriba
devora la fragancia de las buganvilias
se lanza al infinito
tachonando de colores la calzada polvorienta
ahí va el golondrino
vence la talanquera y esquiva los disparos
Ay, Chimila, quién
te ha visto con la sangre en los colmillos
Quién conoce tanta
sombra bajo los tamarindos
Una exhalación
un espabilar de velas
un instante que revienta todos los relojes
un grito que detiene el bamboleo de las sillas
mecedoras
un repique de campanas
corre mi tío César
veloz hacia la nada
al encuentro con un beso de fusiles
que relamen la rodilla
y destrozan los huesitos del metatarso
izquierdo
El asfalto que recibe la caída
y una mancha púrpura le sigue
otro disparo le crucifica el pecho
y se retuerce en el centro de la ronda
suena la música
y se transporta a una fiesta de azahares
los rostros conocidos miran su
agonía
así se matan los perros, grita el comandante
pero el caballo golondrino sigue galopando
bajo un aguacero torrencial de octubre
que lava sus heridas
y con su sangre riega los jardines
y no se detiene en el tiempo
y penetra la memoria
y de dos saltos terribles, desafiantes
se instaura en el poema y se hace palabra
caminante.
[Publicado originalmente en el poemario "Memomía", 2011].
[Publicado originalmente en el poemario "Memomía", 2011].